1° de Mayo no es día de fiesta. Es día de rabia. De memoria. De pies en el suelo y puños en alto. Mientras el gobierno y los empresarios “se burlan” con discursos vacíos, la clase trabajadora dominicana sigue ahogándose en salarios de miseria, jornadas infinitas y derechos pisoteados. ¿Qué hay que celebrar? ¿Que el 60% de los empleos son informales y sin ningún tipo de garantía para la dignidad de la gente? ¿Que una trabajadora doméstica gana mucho menos de la mitad de la canasta básica? ¿Que las zonas francas siguen siendo maquiladoras de explotación, cómplices del acoso, la violación y feminicidio?
Por décadas, nos han vendido cifras
macroeconómicas mientras el pan cuesta el doble y el sueldo vale la mitad.
El salario mínimo (RD15,860 microempresas) es un chiste macabro frente a una
canasta familiar de RD27,828 pesos para el quintil 1, que según el Banco
Central es quienes menos gastan o podríamos decir, que quienes menos ingresos
tienen. Y ni hablar de las trabajadoras domésticas, esas heroínas
invisibles a quienes el Código de Trabajo les niega hasta lo básico: horas
extras, vacaciones dignas, seguridad social plena, sin importarles a lxs
legisladores que, estas trabajadoras representan aproximadamente el 5% de la
población ocupada emplea a mujeres en un 95%, siendo estas mayoritariamente cabezas
de familia; es decir, que su ingreso salarial en muchos casos representa el
único ingreso familiar y en estos momentos su salario mínimo es de 13,000
pesos. (FES, 2025).
El proyecto de reforma laboral
(00218-2024) no solo ignora esta deuda histórica, sino que la profundiza:
Más horas extras sin pago justo (120
por trimestre, sin modificar el porcentaje de pago).
Menos descansos (eliminan 30 minutos
después de la fracción de 5 horas de trabajo, reduciendo el descanso a 1hora).
Mantiene la discriminación en las licencias de paternidad para el sector privado, pese a la sentencia exhortativa del Tribunal Constitucional que ordena legislar para avanzar en la garantía del derecho a la igualdad y la protección de niñas y niños.
El Estado: Juez y Parte de la Explotación
El mismo gobierno que en 2022 extendió
a 15 días la licencia de paternidad para funcionarios (Decreto
312-22), no hace el mínimo esfuerzo para garantizar ese derecho a los padres
que trabajan en el sector privado. La misma clase política que firma convenios
con la OIT no ratifica el Convenio 190 contra el acoso laboral, ¡dejando a
miles de mujeres vulnerables! Dejando a mujeres como Paula Santana
invisibilizadas, ¡sin justicia y con prevalencia de la Impunidad! mientras, el Ministerio de Trabajo se hace cómplice,
ya que no inspecciona, no sanciona, no protege.
Datos que duelen:
El 78% de las
trabajadoras ha sufrido acoso (ONU Mujeres).
Las zonas francas pagan entre RD$13 y 16
mil pesos mensuales por jornadas de 10 horas (¡y sin bonificación anual!).
Solo el 5% de los trabajadores está
sindicalizado, porque patrones y gobierno persiguen a los organizadores.
La Brecha salarial es evidente, en RD las
mujeres ganan 22% menos que los hombres (CEPAL, 2023).
Las mujeres dedican 4.5 veces más horas que
los hombres a labores domésticas no pagadas (ONU Mujeres).
"Reformar el Código de Trabajo después
de 32 años para retroceder derechos no es modernización: es traición a la clase
trabajadora.
Lo Que No Nos Han Robado: La Dignidad
Pero hay algo que ni leyes injustas ni
patrones abusivos pueden arrebatarnos: la certeza de que los derechos no
se mendigan, se arrancan con lucha y este Este 1° de Mayo, honramos a mujeres y
hombres que con sangre, sudor y lágrimas alzaron la voz, ¡exigieron trato digno
y no se doblegaron ante el patrón! Les recordamos no con flores, sino con
exigencia:
Salario mínimo de RD$30,000 (¡que
alcance para vivir, no solo sobrevivir!).
Inclusión plena de las trabajadoras
domésticas en el Código de Trabajo.
Licencia de paternidad de 15 días para
todos, como ordenó el Tribunal Constitucional.
Ratificación del Convenio 190 de la OIT y
tipificación del acoso laboral.
Un Mensaje a los Traidores
A los legisladores que aprobarán esta
reforma antiobrera: la historia los juzgará. A los empresarios que se
enriquecen con nuestro sudor: su "éxito" está manchado de
explotación. Y a los trabajadores: no nos quedemos en el lamento. Como
dijo Florinda Soriano (Mamá Tingó): "¡La tierra es de quien la
trabaja, no de quien la acapara!
"Sin lucha no hay derechos, y sin derechos no hay paz."
Hoy no es día de festejar. Es día de
organizarse. De gritar. De no claudicar. Porque la dignidad no se negocia.
López, M. F. (2025). Análisis
técnico del Proyecto de Ley de Reforma Laboral Dominicana [Informe
técnico].
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